Admitir la ignorancia no es una señal de debilidad; es una estrategia de liderazgo que invita a la curiosidad y al aprendizaje continuo.
Cuando lideramos un equipo, admitir que no tenemos todas las respuestas crea oportunidades para que los miembros de nuestros equipos se involucren y colaboren buscando soluciones. Esto fomenta la confianza, empiedra a las personas, les permite ofrecer (y a nosotros aprender) distintas perspectivas y tomar la iniciativa.
Decir “No lo sé” promueve una cultura donde el aprendizaje y la mejora continua son valores fundamentales. Alienta a presentar ideas y asumir la responsabilidad de encontrar respuestas, aprovechando la inteligencia del equipo.
En conclusión, admite abiertamente y con tranquilidad la ignorancia demuestra confianza y apertura, elementos cruciales para cultivar un entorno de trabajo innovador y proactivo. Un acto de honestidad que no sólo mejora la dinámica del equipo, sino que también refuerza la cultura de curiosidad dentro de la organización.
Para profundizar en este tema, te recomiendo el artículo de Harvard Business Review: “4 Phrases That Build a Culture of Curiosity”